lunes, 21 de abril de 2014

Pasión, Muerte y Resurrección.

En la vida muchos dicen que lo más importante es vivir cada momento como si fuese el último, disfrutando y compartiendo en alegría y concordia; a pesar de las situaciones personales que vivamos. Algunos pueden estar en este momento celebrando un cumpleaños, el nacimiento de un nuevo miembro de la familia o quizás alguna meta personal o triunfo que nos anima a celebrar. Simultaneamente a cualquiera de las celebraciones ya mencionadas, puede que justo ahora algun hijo le toque darle el beso más triste que se le puede dar a una madre, o quizás algún niño tenga que salir a la calle a mendigar comida, pues lleva días sin comer, o incluso haya quienes ante las dificultades de la vida piensen, en ponerle fin a la misma.
Cualquiera que sea la situación buena o mala, es parte de la vida. Decir que simplemente no es asunto tuyo o mío , a aquellas cosas que no nos afecten directamente es bastante mediocre, e  inclusive nos demuestran que no hay vida sino un simple existir, en donde sabemos que estamos en el mundo, y creemos que el mundo debe existir sólo para mi satisfacción personal. La persona que no existe simplemente, sino que Vive, es aquella que cuando la triteza toca a tu puerta, no te deja ahogarte en ella sino que dandote su hombro te anima a mirar hacia el horizonte y recordar que tras la tormenta el sol, siempre brillará.
Este fin de semana pasada los cristianos de todo el mundo hemos celebrado, aquel acontecimiento que para nosotros sustenta nuestro caminar: la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo Jesús. Algunos simplemente ven estos días como libres en el calendario, en los cuales puedo o no hacer ciertas cosas;  dejando de lado el verdadero sentido de lo conmemorado.
A pesar de esto, aún por aquellos que pierden de vista la conmemoración del Sacrificio de Cristo en este día, estamos tu y yo que de manera peculiar desde la sencillez de una sonrisa, le decimos al mundo lo importante que es para nosotros el ver en Cristo, la imagen perfecta de un camino que lleva a la felicidad plena, felicidad que por momentos se ve truncada por las vicisitudes de la vida, o que en otros momentos se muestra llena de momentos de alegría y regocijo para nosotros. La Pasión por si sola es el camino que tu y yo vivimos a diario, es esa preocupación que justo ahora tu tienes en el corazón y la mente. La Muerte por otra parte es aquella actitud decisiva que tomanos ante las caídas del camino, es saber decir: "Yo puedo y quiero ser mejor", la muerte es dejarse atrás a uno mismo y ser un nuevo yo. La Resurrección es y será siempre la promesa más grande hecha por Dios al mundo, es saber que ante un caminar largo y tortuoso, hay una recompensa que va más haya del pensamiento, recompensa que nutre y alienta el corazón del hombre.
La Pasión, Muerte y Resurreción de Cristo, podría resumirlo hoy con una frase muy peculiar de San Agustin: "Ama y haz lo que quieras". El amor verdadero nace de la contemmplación del amor de Dios para la humanidad, y es ese mismo amor el que nos da la libertad de encontrar en la alegría y el dolor, el coraje suficiente para mantener una sonrisa y la confianza en el Señor.
Feliz Pascua de Resurreción...