domingo, 2 de septiembre de 2012

Silencio

No tengo nada en mente para poder darte en este momento, palabras van palabras vienen; cosas en mi mente giran y siguen girando de un momento a otro con muy poco control de parte mía, pues así he querido que sea, cada quien gobierna su interior en la forma que a mejor le convenga para así intentar buscar la paz que día con día el egoísmo y la mentira buscan robarnos.
Reír, llorar son cosas tan comunes que a veces parecen tan insignificantes, que pasan desapercibido entre el cúmulo de emociones de quienes en teoría se dice somos la raza superior de este mundo, perdiendo así la sensatez emocional que solía caracterizarnos años atrás.
Hoy se talan bosques, se tira basura en cualquier lado, se consume violencia en televisión y quienes en teoría debieran luchar por esas cosas no lo hacen, por que para ellos es más fácil tomar el control remoto de la televisión y cambiar el canal y hacer de cuenta que nada pasa. Control remoto que nos da el poder de conocer y acceder a cualquier cantidad de cosas, pero que al final calló no en manos de la raza superior del planeta sino de seres que poco a poco se convierten en zombies de sus pasiones, pasiones que al final de cuentas sólo terminan nublando su pensamiento y su concepción de este mundo.
Hoy no debes tener miedo de sentir deseos de reír o llorar sinceramente frente a otros, pues hubo alguien que si se atrevió, pues se dio cuenta que para pedirle a el mundo sinceridad el tenia que ser sincero primero; que para pedirle amor tenía que amarles; que para pedirle respeto y compromiso primero el debió de respetarles y comprometerse; que para pedirle a el mundo que perdonarán primero él tubo que pedir perdón por quienes ignoraban que aun a quienes te golpean puedes perdonar.
De quien te hablo es quien en mi delirio y, que en medio de las turbulencias de mi mente, sabe poner orden y mostrarme la luz y el camino para seguir con fe adelante. Ese mi Maestro, que día con día me invita a comer su cuerpo y su sangre ése, es quien me pide hacer silencio.
Silencio para conquistar lo que en mi interior hay aguardando ha ser visto, silencio para poder escuchar lo que el aire me dice, silencio para aprender de lo que el universo entero habla de mi maestro, silencio para sentir no un cariño más sino amor puro.
Mi amor puro y delirio de cada día, es mi Maestro que aún sin yo haber nacido ya había dado su vida por mi, tu le conoces y el esta esperando a que le ames con un ferviente corazón, pero antes necesitas guardar silencio para escucharle, su nombre es Jesús...

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