

El primer fruto de la oración debe ser no primero para con los demás sino para uno mismo y, es por ello, que nosotros no debemos de dejar a un lado esa voz de Dios que te llama a servir.
Dios necesita de tus manos en su iglesia para llamar a otros como tú, otros que quizás nunca han recibido estas palabras. La pregunta para reflexionar esta semana sería: ¿ Qué hago yo con la voz de Dios que grita dentro de mi?
No tengas miedo a comprometerte, Dios no llama a los capacitados sino que capacita a los llamados...
Pases buena semana, Dios te bendiga y empieza a perder el tiempo en Dios para que empieces a ver lo que en verdad es el tiempo
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