martes, 8 de noviembre de 2011

“Cuando el Rio Se Cansó de Estar Mojado”



Sólo el hecho de encontrarse mojado para muchas personas es algo incómodo, te imaginarias ¿Cómo me siento yo? He pasado años corriendo sin poder detenerme por un instante para cambiarme de ropa. En este momento me encuentro muy mojado y ansioso  por que alguien pensara por un instante en mí, pero la verdad es que no hay nadie que pueda hacer algo por mí en este momento.
Mi espíritu se encuentra golpeado y es difícil poder ver un futuro prometedor en este momento, ya que lo que era es muy distinto de lo que soy. La tormenta en este punto se encuentra azotando las partes más difíciles del territorio de mi vida, pero sólo hay algo que puede sostenerme en este momento, eres Tú, aunque aguardas en  silencio en algún lugar del universo que en este momento se convierto ya no sólo en un universo si no en la prisión por excelencia para quienes se pierden por momentos en la inmensidad de este pequeño mundo.
Comienzo a pensar en formas de como escapar de mi realidad  ya bastante mohosa, pero me pregunto si tendría algún sentido huir de mis propia realidad, mas sin embargo lo único que pido a esa persona que se encuentra en silencio esperando el momento justo para actuar que me de las armas necesarias para poder empezar a secar la humedad de mi vida y así cambiar de realidad que muchas veces no es ajena a el mundo que me rodea y que ahora trata de dominarme.
Pero si puedes en este instante de mi existencia decir algo seria este el momento adecuado; mis fuerzas tan sólo logran mantenerme por breves lapsos de tiempo, que día a día se hacen más cortos, sólo tus palabras tienen la energía suficiente para poder creer en la esperanza.
Comencé a creer que en el bullicio encontraría lo necesario para suplir la necesidad que sólo el silencio puede dar, fue tanto el ruido que pude hacer que no  creerías las cosas que deje de oír. Pero en realidad sería mucho mejor que entendieras de donde surgió todo aquel bullicio que me ha hecho el más severo de los daños que en mi vida he logrado experimentar.  Aunque mirando en retrospectiva  se podría decir que más que el bullicio sea quien haya hecho el daño he sido yo quien provoco aquel dolor…
“Y que es el dolor si no la llave maestra que en nuestra vida abre y cierra puertas y ventanas, sin importar lo que se pueda perder en cada abrir y cerrar, importándole sólo ir acabando de a poco el lugar en donde se decide hospedar. Sólo tú en la inmensidad de esta vida tendrás la capacidad de destruir la llave maestra que gobierna la vida de los débiles de espíritu…”

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