Parte 2:
María en el Camino de la Iglesia
Día 5: María Esposa del Espíritu
Al encontrarnos en este quinto
día de novena nuestro camino en el conocimiento de la Fe desde la persona de
María debe irse adentrando más y más; pues al ver en los primeros tres días
quien es María, nuestro corazón debe ir enraizándose en la persona de Nuestra
Madre, la cual tiene un estrecho vínculo con el Espíritu Santo, pues desde el
día en el que se engendró en su vientre nuestro Salvador todo fue cambiando,
pues Ella como madre de Jesucristo también se consagra como iniciadora de
nuestro camino de Fe en la Iglesia Terrena, ya que fue también quien estuvo en
el momento en el que el Espíritu sopló y lleno los Apóstoles del Don de Dios.
Para entender un poco más este vinculo tan especial ente El Espíritu Santo y
María citamos a San Luis-María Grignion de Montfort, en el Tratado de la
Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, en los números 35 y 36, los cuales
nos dicen:
35. Cuando María ha echado sus raíces en un alma, produce en ella
maravillas de gracia que sólo Ella puede producir, porque sólo Ella es la
Virgen fecunda que nunca ha tenido ni jamás tendrá igual en pureza y en
fecundidad.
María ha producido, por el Espíritu Santo, la mayor obra que se haya
producido o que pueda producirse jamás, que es un Dios Hombre, y
consiguientemente Ella producirá las mayores cosas que haya en los últimos
tiempos. La formación y la educación de los grandes Santos que habrá hacia el
fin del mundo, le está reservada; porque sólo esta excelente y milagrosa Virgen
puede producir, en unión del Espíritu Santo, cosas grandes, extraordinarias, en
la Iglesia de Jesucristo
.
36. Cuando el Espíritu Santo su Esposo la ha encontrado en un alma,
vuela allí, entra en ella de lleno, se comunica abundantemente con esa alma, y
una de las grandes razones por las cuales el Espíritu Santo no hace ahora
maravillas asombrosas en las almas, es porque no encuentra en ellas una unión
bastante grande con su fiel e indisoluble Esposa María. Digo indisoluble
Esposa, porque después de este Amor substancial del Padre y del Hijo se ha
desposado con María para producir a Jesucristo, cabeza de los elegidos, y para
producir a Jesucristo en los elegidos, no la ha repudiado jamás, porque María
siempre ha sido fecunda y fidelísima Esposa.
Al finalizar la reflexión de este
día, nos queda esta gran enseñanza, en la cual este Santo de manera singular
nos describe el rol que María cumple como esposa del Espíritu dentro del camino
de la Iglesia. Por eso en este camino de nuestra Iglesia María, como Esposa del
Espíritu Santo, nos va guiando en el
seguimiento y renacimiento de nuestra Fe en la persona de Cristo, ella siendo
Madre de Cristo volvió a nacer para ser desde aquel entonces la Sierva de Dios,
y nosotros ¿Estamos dispuestos a renacer, para guiarnos por el Espíritu de Dios
y seguir el ejemplo de la Madre?
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