lunes, 2 de diciembre de 2013

María en la Fe de la Iglesia

Parte 2:
María en el Camino de la Iglesia

Día 5: María Esposa del Espíritu
Al encontrarnos en este quinto día de novena nuestro camino en el conocimiento de la Fe desde la persona de María debe irse adentrando más y más; pues al ver en los primeros tres días quien es María, nuestro corazón debe ir enraizándose en la persona de Nuestra Madre, la cual tiene un estrecho vínculo con el Espíritu Santo, pues desde el día en el que se engendró en su vientre nuestro Salvador todo fue cambiando, pues Ella como madre de Jesucristo también se consagra como iniciadora de nuestro camino de Fe en la Iglesia Terrena, ya que fue también quien estuvo en el momento en el que el Espíritu sopló y lleno los Apóstoles del Don de Dios. Para entender un poco más este vinculo tan especial ente El Espíritu Santo y María citamos a San Luis-María Grignion de Montfort, en el Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, en los números 35 y 36, los cuales nos dicen:

35. Cuando María ha echado sus raíces en un alma, produce en ella maravillas de gracia que sólo Ella puede producir, porque sólo Ella es la Virgen fecunda que nunca ha tenido ni jamás tendrá igual en pureza y en fecundidad.

María ha producido, por el Espíritu Santo, la mayor obra que se haya producido o que pueda producirse jamás, que es un Dios Hombre, y consiguientemente Ella producirá las mayores cosas que haya en los últimos tiempos. La formación y la educación de los grandes Santos que habrá hacia el fin del mundo, le está reservada; porque sólo esta excelente y milagrosa Virgen puede producir, en unión del Espíritu Santo, cosas grandes, extraordinarias, en la Iglesia de Jesucristo
.
36. Cuando el Espíritu Santo su Esposo la ha encontrado en un alma, vuela allí, entra en ella de lleno, se comunica abundantemente con esa alma, y una de las grandes razones por las cuales el Espíritu Santo no hace ahora maravillas asombrosas en las almas, es porque no encuentra en ellas una unión bastante grande con su fiel e indisoluble Esposa María. Digo indisoluble Esposa, porque después de este Amor substancial del Padre y del Hijo se ha desposado con María para producir a Jesucristo, cabeza de los elegidos, y para producir a Jesucristo en los elegidos, no la ha repudiado jamás, porque María siempre ha sido fecunda y fidelísima Esposa.


Al finalizar la reflexión de este día, nos queda esta gran enseñanza, en la cual este Santo de manera singular nos describe el rol que María cumple como esposa del Espíritu dentro del camino de la Iglesia. Por eso en este camino de nuestra Iglesia María, como Esposa del Espíritu Santo, nos va  guiando en el seguimiento y renacimiento de nuestra Fe en la persona de Cristo, ella siendo Madre de Cristo volvió a nacer para ser desde aquel entonces la Sierva de Dios, y nosotros ¿Estamos dispuestos a renacer, para guiarnos por el Espíritu de Dios y seguir el ejemplo de la Madre? 

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